¿Se puede vivir como si no existiera el pasado? A veces está bueno olvidarse de ciertas cosas y seguir. Pero, ¿se puede seguir o creer que se avanza evitando mirar para atrás?
Cuando ponemos en palabras lo que nos pasa, usamos la memoria y a veces eso nos duele. Es una tarea difícil, pero son las palabras, las que nos ayudan a nombrar el miedo, el dolor, para darles forma y quizás, superarlo. También son las palabras las que nos permiten construir una memoria en común, e iniciar un nuevo camino.
Marzo sigue siendo un mes duro para nuestro país. En cada aula, las profes van a estar conversando sobre lo que pasó a partir de marzo de 1976 y les van explicar que caminar sin ver, nos hace tropezar. Por eso creemos que es muy importante tomar la palabra en la escuela para hablar del pasado desde el respeto por los derechos, la identidad, la pérdida, el miedo, las prohibiciones, la posibilidad de imaginar, la necesidad de contar con alguien…
Hoy sembramos historias, relatos tejidos con palabras y tinta, para lograr quizá, que en la 23, germine un jardín entre tanta oscuridad.
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